El Manual del Ingresante y la Patria que ya no es



Por Gerardo Cadierno. Marzo de 1979 llegó a mi casa de Burzaco con dos certezas: empezaba a cursar el séptimo y último año en la escuela 28 y tendría que preparar el inexorable examen de ingreso para comenzar 1980 como alumno del Colegio Nacional Mixto Almirante Brown, el Nacional de Adrogué, el Nacional a secas que ese año cumpliría sus bodas de oro.

Sin hermanos en el colegio que sirvieran como pasaporte a un pupitre, ni con una inscripción en algún colegio privado como plan B, la necesidad de aprobar era inexorable.

Ese año me acompañó un libro, herencia transitoria de mi tío y padrino, Enrique, el Manual de Ingreso en primer año destinado a aspirantes a “Colegios Nacionales, Colegios Nacionales de Señoritas, Escuelas Normales, Comerciales, Industriales, Profesionales, Técnicas y de Artes y Oficios”, tal como anunciaba la austera y tediosa tapa. 

Salido de las imprentas de la Editorial Escolar, el Manual de Ingreso era obra de Pedro Berruti y proponía los contenidos de Matemáticas y Castellano adaptados a los nuevos programas de 6º grado. 

Su primera edición fue en 1939 y llegó a conocer los 80. En ese lapso tuvo 86 ediciones.

También publicó, desde 1941, una Carpeta de Exámenes de Ingreso en 1er. año y sus soluciones que funcionaba como una suerte de suplemento compilador de exámenes desde 1933 y que para 1965 ya llevaba 13 ediciones.

En el prefacio de la carpeta explicaba: “Hasta 1938 estos exámenes regían solamente para los Colegios Nacionales, Liceos de Señoritas y Escuelas Comerciales e Industriales; pero desde entonces (decreto del Poder Ejecutivo de fecha 24 de octubre de 1938), las pruebas se hicieron extensivas a las Escuelas Normales, en las cuales se exigían exámenes particulares. En 1945 se dispuso tomar dos exámenes según los establecimientos: uno para los Colegios Nacionales, Liceos y Escuelas Normales y Comerciales, y otro para las Escuelas Industriales, Técnicas y de Artes y Oficios, este último con el agregado de una prueba de dibujo”, aclaraba.

Además, enumeraba las ventajas de la obra para los estudiantes y daba sugerencias a los docentes para el aprovechamiento integral de su obra, así como de la utilidad de contar con las soluciones a los exámenes.

Conocedor del paño, finaliza con una serie de recomendaciones a los aspirantes que concluyen con un destacado: “Orden y prolijidad en el examen… Y LETRA CLARA”.


Reunión de las promociones 70, 71 y 72 del Nacional de Adrogué. El himno del colegio y en primera fila, la más linda de todas: mi prima Amelia

Una prueba de saber y templanza

Parte del ingreso era poder superar los nervios ante el fracaso y las presiones de no decepcionar a los padres que trabajaban de sol a sol y sólo nos pedían que estudiemos porque esa era nuestra única obligación y que sin estudios, y que....

El folklore de esos días era pródigo en desmayos, lipotimias, vómitos e historias desgarradoras donde el factor común era el fracaso, y los sentimientos dominantes la frustración y la vergüenza.  

Los examenes que tomaban en los colegios

Examen de Ingreso en 1er. año de establecimientos secundarios

Colegios Nacionales, Liceos de Señoritas, Escuelas Normales, Comerciales, Industriales y Técnicas dependientes del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública

a) Prueba de Matemáticas (Aritmética y Geometría)

1º.- Efectuar la suma:      1/2 +  1/3  +  4/15   y luego sacar enteros en el resultado y simplificar la fracción del número mixto obtenido.

2º.- ¿A qué tanto por ciento habrá que colocar, a interés simple, un capital de 3.600 $ m/n para que, al cabo de 2 años y 8 meses, produzca 384 $ m/n de interés?

3º.- Un salón tiene 7,50 m de largo por 6 m de ancho y 5,40 m de alto. Para aumentar su volumen en 81 metros cúbicos será alargado sin modificar el ancho ni el alto. Averiguar cuál será el volumen del salón, una vez ampliado, y el largo con que quedará. (¿Puede Ud. hacer el croquis?)

4º.- Considerando el croquis siguiente, calcular:


1º, el área del semicírculo;

2º, el a´rea del triángulo CAB;

3º, el área del par de segmentos circulares sombreados en la figura;

4º, el área de uno de los segmentos circulares.


b) Prueba de Castellano (Gramática y Redacción)

1º.- Señalar los verbos de los ejemplos siguientes (copiar las oraciones y subrayar los verbos):

a) Las abejas trabajan en su colmena.

b) El niño duerme en su cuna.

c) Al que madruga, Dios lo ayuda.

d) Naturaleza toda gime.

e) Brama, bufa, escarba, huele.

f) Lo que saca del cáliz de las flores lo conduce a su celda reducida y sigue sin descanso sus labores.

2º.- Construir oraciones o frases que contengan los siguientes vocablos: sección, sesión, echas, hechas, cierre, sierre, combino, convino. (Subrayar los vocablos).

3º.- Decir por qué llevan o no acento ortográfico las siguientes palabras: libertad, acertó, mármol, llueve, próximo.

4º.- Emplear, en oraciones breves, estos vocablos: el y él; tu y tú; de y dé; sé y se. (Subrayar los vocablos al emplearlos).

5º.- Amplificar la proposición siguiente: "El joven que estudia prepara su porvenir", de manera que resulte una composición de 15 a 20 renglones.

El puntaje máximo asignado a la prueba de Matemáticas es de 20 puntos, distribuidos de la siguiente manera: 1º 3, 2º 6, 3º 5 y 4º 6. En Castellano todos los ejercicios se califican con 5 puntos como máximo, totalizando 25.


El libro también aporta las soluciones de los ejercicios planteados y un modelo de redacción considerada ejemplar. Para ese año, se publica una realizada por el alumno José L. Drocco del ingreso de 1940.

“El joven que estudia prepara su porvenir

A nosotros los jóvenes no nos es difícil comprender que en la lucha por la vida sólo triunfan los más aptos y capacitados, mientras que los mediocres y rutinarios son los eternos fracasados que se contentan con seguir el camino que los demás han trazado.

 Ahora bien, ese triunfo de los más capacitados no es obra de la casualidad ni de la improvisación, sino que, muy por el contrario,, se debe a una intensa preparación y a un amplio conocimiento de los distintos problemas de la vida. Esta preparación y estos conocimientos son el resultado de profundos estudios que colocan al individuo en un plano más elevado de cultura con relación a sus semejantes, y lo habilitan para poder defenderse de las sorpresas y contingencias que el destino nos reserva.

 Estas cosas nos hacen comprender a los jóvenes que si queremos ver diáfano el amplio panorama de nuestro porvenir debemos encaminar nuestros pasos por los caminos del estudio; que si bien es cierto que este camino es arduo y fatigoso porque va siempre cuesta arriba y presenta múltiples dificultades, también es cierto que es el único capaz de llevarnos a la meta ansiada.

 Porque somos jóvenes, porque tenemos fe, voluntad y confianza en nosotros mismos, es que debemos hoy empezar a subir la cuesta, sin mirar hacia atrás, valerosamente, dirigiendo todos nuestros esfuerzos para alcanzar la cima. Compañeros: entremos entusiastas en las escuelas y colegios secundarios, que sus puertas de entrada son las de nuestro porvenir.”


Pedro Berruti, el autor

El profesor Pedro Berruti nació en Avellaneda el 10 de diciembre de 1914 y falleció el 4 de agosto de 1986 en la ciudad de Buenos Aires. 

Se graduó en 1935 como Maestro Normal Nacional y en 1938 recibió el título de Profesor Normal de Educación Física Nacional. 

Enseñó danzas folklóricas en Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, Club Villa Malcon, Instituto Andersen, Club IBM, Parroquia de la Santísima Trinidad y Banco Credicoop, entre otros espacios.

Berruti fue director de la Escuela Superior de Danzas Nativas de Buenos Aires, director propietario de la Editorial Escolar donde publicó sus obras y fue titular del Instituto Modelo Pedro Berruti de enseñanza primaria y secundaria.

Al compás del renacer del folklore argentino en los 50, realizó viajes de investigación por el interior del país, compuso varias obras y se especializó en el estudio de las danzas originales argentinas además de crear un estilo propio donde se le asignó gran importancia al pañuelo de baile. 

El Manual de Ingreso fue parte vital de quienes buscábamos un lugar en el Secundario. 

Eran tiempos donde el estudio y el aprendizaje aún tenían valor social en una patria que se nos presentaba entera y con futuro.

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