La poética de la Luna

Por Gerardo Cadierno. La poética de la antigüedad mediterránea y boreal era el lenguaje mágico de las ceremonias que desde el paleolítico honraban a la diosa Luna y fue corrompido al final del período minoico cuando los invasores poseedores del hierro llegaron desde el centro de Asia, impusieron a sus dioses, reemplazaron las instituciones matrilineales por las patrilineales y adaptaron para su propia legitimidad los mitos preexistentes.

Luego, fue el turno de los filósofos griegos opuestos a la poética que amenazaba su moderada lógica para lo cual impusieron un lenguaje poético racional en honor de Apolo. De allí surge Sócrates con su temor y su doctrina de "investigar la razón de la existencia de todo, de todo tal como es, no como aparece, y para rechazar todas las opiniones que no se pueden explicar."

Hoy, los mitos parecieran ser arcaísmos de una niñez lejana pues su sentido fue olvidado o perdido entre los secretos religiosos. Sus rastros persistieron como literatura fantástica e improbables zoologías.

Pero ese lenguaje pervivió en los cultos eleusinos, los colegios poéticos de Irlanda y Gales, los aquelarres de la Europa occidental y sus rastros aún se pueden percibir.

Hoy, como ayer, el mito poético advierte sobre la necesidad de mantener la armonía del mundo en el que nacimos y formamos parte y el peligro de degradación que conlleva el irresponsable festival de consumo y experimentos.

Los estandartes de la poética como la serpiente, el león y el águila quedaron en la heráldica; salmón y jabalí son platos gourmet o étnicos; el caballo de carrera y el galgo son carne de las pistas y los bosques sagrados mera materia prima para fabricar muebles. 

Mientras tanto, la Luna es degradada a la categoría de una roca muerta que gira derredor de nuestro planeta doliente.

Sólo un viejo emblema se levanta de la dominación de los hijos del hierro. Desde el fondo del tiempo sopla un viento que amenaza volverse tempestad. 

Ese viento no es otra cosa que el descubrimiento por parte de la mujeres que no son hijas de Eva sino de Lilith. 


Asgaya - Na cal fuau
Ya nun bichouqui vian la nuechi
di lus tiampus,
fasta nús, perviaya vian,
guyámusla puas, trouxi virdá.
Na Ca'l Fuau.

(En un momento vendrá la noche
de los tiempos,
hasta nosotros, muy vieja viene,
oigámosla, entonces, pues trae verdad
En el hogar del fuego.)

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