Lilit, la mujer que no cayó
Por Gerardo Cadierno. El Antiguo Testamento tal como lo conocemos es el resultante de, al menos, cuatro tradiciones narrativas que se entrecuzan constantemente en medio de fronteras diferidas y diluídas. En esos cruces resuenan y afloran relatos más antiguos que nos cuentan de dioses y diosas primigenios, de ángeles, de monstruos o demonios.
Así, las pistas de los midraš de la tradición judaíca combinada con los descubrimientos arqueológicos de la Anatolya podemos deducir que Eva es vista como Heba, la esposa del dios hitita de la tormenta, la misma que cabalgó desnuda montando un león a pelo y a la que los griegos, hermanos en el hierro de los hijos de Hatti, transformaron en la insulsa Hebe, una diosa menor a la que casaron con Heracles cuando éste se sumó al Olimpo para garantizar la hegemonía de la teogonía patriarcal.
Esa transición que se desarrolla en la Creciente Fértil entre los agricultores devotos de la diosa y los hijos del hierro fue lenta y sinuosa. Aún en el siglo XIV a.C. un príncipe jerosolimtano Abdu-Heba, siervo de Eva, un rezago de la adoración de la diosa aunque ya para ese entonces Lilit, también llamada Lilith, la predecesora de Eva, había sido casi excluida por completo de las Escrituras.
El casi es porque aún se filtra en el libro de Isaías en forma de la promiscua habitante de las zonas de las ruinas desoladas, un tema que los relatos midrásicos retoman y parecieran vincular con una diosa de la fertilidad, tal vez la Lillake del texto religioso sumerio, Gilgameš y el sauce.
La exclusión del canon no signigficó la desaparición del mito, este sobrevivió en docenas de tradiciones subterráneas y que renacieron en los midraš judíos recopilados durante el medioevo donde se recojen los relatos míticos que no encontraron un lugar canónico en la religión de los hebreos, entre ellos el mito de Lilit: la primera mujer que abandonó el Edén en desobediencia a Hashem.
Cuando todo era nada
Según la versión del Génesis consagrada en la septuaginta, Hashem quiso que Adam tuviese una compañera. Entonces, lo hizo caer en un sueño profundo y con una de sus costilla formó una mujer. Al despertar, Adám gritó: “Ésta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada. El hombre y su mujer se hacen una sola carne” y la llamó Eva, la madre de todos los vivientes”.
Ya en el primer capítulo del primer libro sagrado, el Génesis, aparece una contradicción. Mientras Génesis I, 27 dice: “ Y creó YHWH al hombre a su imagen, a imagen de YHWH lo creó, varón y hembra los creó", al capítulo siguiente, en Génesis II:18 y 22 sostiene: “Y YHWH dijo, 'No es bueno para Adán estar solo. Haré un ayudante para él.'...Y YHWH convirtió una costilla que había tomado del hombre en una mujer para él”.
Estas divergencias son las que permiten suponer que Lilit fue la primera compañera de Adám y surgen tras haber entrelazado una tradición judía primitiva con otra sacerdotal posterior. Mientras la versión antigua contiene el episodio de la costilla en la que Lilit representa a las mujeres de Canaan, antiguas adoratrices de Anat que tenían permitida la promiscuidad prenupcial.
Los hebreos censuraron a las mujeres de Israel por seguir esas prácticas que contaban con la anuencia de los sacerdotes pues las mujeres dedicaban al templo parte de sus ganancias pese a la prohibición indicada en el Deuteronomio que vedaba ese aporte para combatir la prostitución y la homosexualidad sagrada por parte de los devotos de Anat y del dios perro.
Eran los tiempos en la que los hebreos, hijos del hierro, habían invadido Canaam y sus dioses y diosas buscaban fórmulas transaccionales y transicionales de convivencia en el marco de pequeñas guerras locales para disputar o consolidae la hegemonía. Tal vez, el mejor ejemplo sea la historia de Jacob y las hijas de Labán con la menor de las cuales, Raquel, tendría a Ish Raquel, Israel, el hijo de Raquel.
Sin embargo, hay quienes sostienen que en el sexto día Hashem creó hombre y mujer a su propia imagen dándoles el dominio del mundo y sus seres aunque, ponen de relieve, que Eva aún no existía. Si todos fueron creados en parejas, qué hembra humana hubo antes de la nominada primera Eva.
También se cuenta que en esa cesión de dominio Hashem dispuso que Adám nombrase a todas las criaturas de la creación quienes desfilaron ante él en parejas, macho y hembra, y que Adám que había abierto sus ojos siendo un hombre en habilidad para crear sintió celos de ellas e intentó copular con cada hembra de cada especie aunque no encontró satisfacción por lo cual se quejó y rogó por una para él.
Fue así como los pastores de la Creciente Fértil explicaron el origen de la bestialidad, costumbre muy difundida entre ellos pese a que la ley de Moshe la menciona en tres ocasiones y la castiga con la pena capital. También el poema acadio de Gilgameš cuenta que Enkidu vivía con gacelas y otras bestias salvajes hasta que la sacerdotisa de Aruru gozó con él durante seis días y siete noches, tras lo cual no quiso volver a unirse con bestias que empezaron a huir de él lo que le hizo comprender que había adquirido entendimiento por lo cual la sacerdotisa le dijo: “¡Enkidu, eres sabio, eres como un dios!”
El humano ya no era parte de la naturaleza, sino su gobernante.
La primera
Fue entonces, al notar Adam su soledad, cuando Hashem de la misma manera con la que formó al hombre desde el barro creó a Lilit cuyo nombre procede del término asirio-babilónico lilitu, que define a un demonio femenino o espíritu del viento que formaba parte de una tríada mencionada en los conjuros babilónicos y que supo aparecer como Lillake en una tablilla sumeria del siglo XX a.C. encontrada en Ur y que contiene el relato de Gilgameš y el sauce en el que un demonio hembra habita un tronco de sauce cuidado por la diosa Inanna, la sumeria Anat a orillas del Eufrates.
Por su parte, la etimología popular hebrea habría derivado Lilit de layit, es decir noche; por lo que se la suele asimilar a un monstruo nocturno y peludo al igual que en la tradición árabe. Esto provienen de una decodificación aberrante y posterior en la que para condenar a Lilit toman el término noche no en su acepción uterina de caos primordial sino de una bestia creada no de polvo estelar sino de sedimentos e inmundicias.
Adám y Lilit pronto se disgustaron porque cuando él deseaba yacer con ella, ésta se negaba a ofrecerse reclinada y a estar bajo él como el resto de las hembras. “¿Por qué debo yacer debajo? Yo también fui hecha con polvo y soy tu igual.” Cuando Adám trató de obligarla, Lilit conjuró el nombre de Él, se elevó y lo abandonó ante lo cual Adám se quejó ante Hashem quien envió a los ángeles Senoy, Sansenoy y Semangelof para que la hicieran volver.
En esta historia se puede ver una identificación de Lilit con Hécate, la triple diosa caria a la que como toda deidad desplazada se la subordina y vincula al culto femenino de la hechicería. Apuleyo cuenta que las brujas griegas que la adoraban exigían que hombre yaciera bajo la mujer tal como fue en el principio de los tiempos como muestran las primeras representaciones sumerias del acto sexual, una costumbre que los portadores del hierro como los hititas no compartían tal como se refleja en la historia de Lilit.
Los tres ángeles fueron a buscarla al mar Rojo la zona en la que abundan los demonios lascivos pues como dijo Tobías: “Los demonios torturados y rebeldes” también encontraron un refugio seguro en Egipto.
Allí Lilit engendraba con los demonios más de un centenar de lilim al día, unas criaturas citadas en la bendición sacerdotal del libro de los Números según el Targum Yemshal-mi: “¡Que el Señor te bendiga en todos tus actos y te guarde de los lilim.” Al encontrarla, los ángeles le exigieron que volviese con Adám o bajo la pena de ser ahogada a lo cual respondió: “¿Cómo puedo regresar con Adán y ser esposa honesta después de mi estancia en el mar Rojo?”y “¿cómo puedo morir si Hashem me ordenó que me haga cargo de los recién nacidos: de los niños hasta el octavo día de vida, el de su circuncisión, y de las niñas hasta el vigésimo día?”
Ante el desconcierto de los ángeles, Lilit prometió: “Si alguna vez veo sus nombres o efigies en un amuleto sobre un recién nacido, prometo perdonar su vida”. Si bien los ángeles accedieron al trato, Hasehm la castigó haciendo que un centenar de sus hijos demoníacos mueran cada día; y cuando ella no podía matar a causa del amuleto, mataba a sus propias criaturas inmundas.
El trato de Lilit con los ángeles tiene su equivalente en un rito apotrópeo, una práctica ritual que pretende dar sentido a ciertos acontecimientos, que se practicaba en muchas comunidades judías en las que para proteger al recién nacido, especialmente varón, contra Lilit se le ofrecía una salvaguarda permanente a través del dibujo de un anillo con carbón, en la pared de la habitación donde nacía dentro del cual se escribía: Adán y Eva. ¡Fuera, Lilit!, en tanto que los nombres de Senoy, Sansenoy y Semangelof (de significado incierto) eran escritos en la puerta.
Si, a pesar de todo, Lilit lograba acercarse al niño y acariciarlo, éste se reía en sueños. Para alejar el peligro, se consideraba prudente dar un golpecito en los labios del durmiente con un dedo, tras lo cual Lilit desaparecía.
Naamá, la que complacía a los dioses
En el Mar Rojo Lilit, estuvo acompañada por Naamá, también conocida como Naamah, Nhama, Naamáh, Nammah o Na' Ammah, cuyo nombre quiere decir agradable, encantadora o complaciente. Naamá tiene una apariencia semejante a la de Lilit aunque no es ni tan joven, sensual y bella.
Su nombre en la acepción de agradable, viene de “el demonio hembra que cantaba canciones agradables a los ídolos”.
Naamá era hermana de Túbal Caín e hija de Lamec, chosno de Caín, hijo de Adán, el asesino de su hermano Abel y quien trajo la muerte al mundo. Dicen que Naamá abandonó junto a Lilit el Edény a ella se la representa como un ángel caído o un demonio pues de dice que era un súcubo, y al igual que Lilit había tenido relaciones con su ancestro Adán.
También sabemos que de alguna de sus múltiples uniones nacieron Asmodeo y legiones diabólicas que atormentan a la humanidad y es por eso que la demonología la presenta como una de las mujeres de Satanás y se la conoce como la madre de los demonios y como una de las que corrompiera a los ángeles caídos y a su líder Semyazza.
Naamá es mencionada en el trabajo medieval centroeuropeo el Zohar que es el libro más importante de la Kabbalah donde se la identifica como uno de los cuatro ángeles de la prostitución sagrada junto con Lilit, Agrat bat Mahlat y Eisheth Zenunim, todas ellas consortes de Samael.
La mitología le atribuye a Namaá ser la culpable de la epilepsia en los niños.
También se recuerda que su hijo Asmodeo es un íncubo consorte de Lilit y el padre de Myrddin Emrys, el Merlín de los ciclos artúricos.
También se dice que Asmodeo se refugió junto a ambas mujeres tras estrangular a los seis primeros maridos de Sarra, por lo que debió huir a “la región de Egipto”.
Esta huida de Lilit a oriente y la posterior unión de Adám con Eva puede funcionar como testimonio de un incidente histórico antiguo de cuando los pastores nómadas, admitidos en el reino cananeo de Lilit como huéspedes, se apoderan del poder y la familia real depuesta huye para conquistar un nuevo reino que rinde pleitesía a la diosa hitita Heba.
Lo cierto es que dicen que Lilit mora entre las desoladas ruinas del desierto edomita, donde es acompañada por sátiros (se'ir), búfalos, pelícanos, erizos, chacales, avestruces, víboras y cuervos tal como grita el profeta Isaías: “Y las bestias monteses se encontrarán con los gatos cervales, y el peludo gritará á su compañero: la lamia también tendrá allí asiento, y hallará para sí reposo. Allí anidará el cuclillo, conservara sus huevos, y sacará sus pollos, y juntarálos debajos de sus ala: también se ayuntarán allí buitres, cada uno con su compañera.”
Fue Jerónimo quien en el siglo IV identificó a Lilit con la Lamia griega, una reina libia abandonada por Zeus a la que Hera robó los hijos y por lo cual ella se vengó robando los de otras mujeres. Las lamias seducían a los hombres dormidos, chupaban su sangre y comían su carne al igual que Lilit y sus compañeras demoníacas quienes eran conocidas como Empusae, -violadoras-, o Mormolyceia, -lobas espantosas-, y descriptas como “hijas de Hécate”. Aún hoy, aseveran. Lilit y Naamá buscan niños para estrangular y hombre en sueño para seducirlos y absorber su esperma.
La reina de Sabá y la edomita
Los cronistas sostienen que Lilit gobernó como la reina de un lugar llamado Zmargad nombre que evoca smaragdos, la aguamarina semipreciosa por lo cual puede tratarse de su morada submarina o, tal vez, al demonio Smaragos que aparece en los Epigramas homéricos. Se dice que, también reinó en Saba y que fue quien mató a los hijos del justo Job.
El gran rey Salomón siempre sospechó que la reina de Sabá era Lilit porque tenía vello en las piernas y se dice que Lilit y Naamá llegaron incluso a presentarse ante él como rameras de Jerusalén para poner a prueba su sabiduría en el juicio por maternidad de un bebé.
El intento final de Hashem
Tras el fracaso con Lilit, Hashem creó una nueva mujer para Adám quien quiso presenciar cómo ésta era formada. Así vio como Él creó huesos, tejidos, músculos, sangre, humores, secreciones, piel y pelo; una escena que lo repugnó tanto que cuando la primera Eva se alzó con toda su belleza, sintió un asco tal que Él, ante su nuevo fracaso. decidió llevársela a un lugar que desconocemos.
Y fue así que probó por tercera vez: tomó una costilla de Adám mientras dormía y con ella formó una mujer a la que como si fuera una novia trenzó el cabello y adornó con veinticuatro joyas para, luego, despertar a Adám quien la admiró.
Este mito no sólo ratifica la supremacía del varón sino que, también eclipsa el origen divino de la mujer mediante un relato que que no tiene paralelo en el ecosistema mediterráneo o de la Creciente Fértil por lo cual algunos mitógrafos sostienen que se originó en una lectura errónea -es decir iconotrópica- de un relieve que mostraba a la diosa Anat, desnuda y suspendida en el aire, mientras contemplaba cómo su amante Mot daba muerte a su gemelo Aliyan; Mot (a quien confunden con Él) introducía una daga curva bajo la quinta costilla de Aliyan.
Esta historia encuentra su apoyo un juego de palabras con el término tselaque que en hebreo significa costilla pues creada para ser compañera de Adán, Eva resultó una tsela, un tropiezo o desgracia.
El significado del nombre Eva es controvertido. En Génesis 3-20 se indica que Eva (Hawwah) sería madre de todos los vivientes; pero también podría ser una forma hebraizada de Heba, Hebat, Khebat o Khiba una diosa esposa del dios hitita de la tempestad que se representa montada a lomos de un león en un relieve sobre una roca de Hatusas -lo que la identifica con Anat-y como una forma de Ištar a la que se adoraba en Jerusalém y qie aparece en textos hurritas y cuyo nombre griego era Hebe, la despojada e insulsa diosa esposa de Heracles.
Tampoco faltan los que sostienen que Eva no fue creada desde una costilla de Adám sino de una cola que remataba en un aguijón y que, en ese entonces integraba su cuerpo y a la que Él cortó. Es probable que este mito haya sido sugerido, tal vez, por el nacimiento de un niño con una cola atrofiada en vez de un coxis.
También están quienes afirman que tras la idea de crear dos seres humanos, varón y hembra, Hashem concibió fundirlos en uno que tuviese un rostro masculino que mirase hacia adelante y uno femenino que lo hiciera hacia atrás una fantasía originada en las monedas o estatuas de Jano, dios del año nuevo romano. Ante lo absurdo de esta creación, Hashem cambió de parecer y separó de Adám el rostro que miraba hacia atrás y le hizo un cuerpo femenino.
Algunas tradiciones indican que Adám fue creado andrógino con cuerpos masculino y femenino unidos por la espalda, una aberración con poco movimiento y de difícil conversación, por lo cual Hashem los dividió y dio a cada mitad una espalda, una creencia tomada de Platón y que pudo estar basado en observar a los siameses.
Esa tradición fue recogida por los babilonios que consideraban que el hombre fue andrógino razón por la cual el Poema de Gilgameš da a Enkidu esas características: “Sus cabellos son como los de una mujer, tupidas como Nisaba (diosa del grano) brotan sus guedejas.”
Lo cierto es que la tradición hebrea procede de fuentes griegas pues los dos términos usados en el midráš de Tanis para describir al Adán bisexual son de ese origen: androgynos, hombre-mujer, y diprosopon, de dos rostros. Además, Filón de Alejandría, filósofo y comentarista helenístico de la Biblia y contemporáneo de Jesús, sostenía que el hombre fue, en su origen, bisexual; una afirmación que compartían los gnósticos.
Haya sido como haya sido, Hashem los llevó al Edén y les vedó que copulen. Mientras tanto, la negativa de Lilit a la obediencia hizo que huya del Edén por lo cual, a diferencia de Adán, escapó de la muerte y de la caída pues se habían separado antes del engaño de la serpiente, símbolo de la sabiduría.
The end (Jim Morrison) - The Doors
It hurts to set you free
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