Los sueños de Medusa


Por Gerardo Cadierno. La gorgona es la guardiana protectora que llega desde el neolítico y portaba en sí misma los atributos de la diosa que son los mismos que los de la poesía lunar: alas de oro, garras de bronce, colmillos de jabalí, piel de serpiente.

Tras la victoria de los hijos del hierro, se le quitó su carácter protector y se la descuartizó para transformarla en tres despiadados monstruos femeninos: Esteno, Euríale y Medusa, la única mortal y a la que Atenea había castigado transformando sus cabellos en serpientes.

Medusa será "la que sufre lacrimosos afanes", narrará Hesíodo: Perseo quiere matarla y para no mirarla camina de espaldas, indefenso. Si ella quisiera, podría atacarlo y él, para evitar la flecha monstruosa, debería girar y enfrentar su mirada que transforma en piedra.

Pero ella no ataca, Medusa se adormece, y con ella las serpientes. Cierra los ojos y, por alguna razón, se ofrece al filo.

La espada decapita y de la sangre brotan dos caballos hijos de Posidón, uno será Pegaso y tendrá fama. La sangre y la cabeza, la espada y el héroe, el caballo serán defensa de Atenea.

Medusa es la venganza de Ariadna, Dafne, Dánae, Europa, Fedra, Medea... es la triple diosa. Rubens nos la muestra con el espanto huyendo de ella, Bernini triste, Cellini, bella y doliente.

En Medusa y Perseo pugnan Eros y Tánatos en las puertas del infierno, pugnan con el favor de la virgen unigénita Atenea, son el erotismo de los derrotados. No hay erotismo en los omnipotentes olímpicos sino mera posesión por el capricho.

Son muerte copulando vida, para poder poseerse deben matarse el uno al otro, para volver en vida y simiente. 

Reina de poesía, el rey ritual le ofrendará su esperma antes del sacrificio ritual y ella, lo cabalgará hasta secarlo de vida, hasta volverlo piedra.

Para fecundarla, él la poseerá como cualquier macho a su hembra, la vida derrota a la muerte pero tiene vedado ver su alma, no puede ver sus ojos porque si lo hace se volverá piedra.

El rey sagrado y la reina sacerdotisa, entonces, se copulan en Tánatos y en Eros. Se buscan inexorables en su ciclo. Se atacan y se defienden. Son el ciclo lunar que aún vive en nuestros lomos.

Medusa es nuestro sueño de noches lunares. Ella es la belleza y el horror, la desesperación del deseo imposible, del deseo enamorado de su desear. 


Tiempos Viejos (Francisco Canaro) - Julio Sosa
Te acordás, hermano, la rubia Mireya,
que quité en lo de Hansen al loco Cepeda
casi me suicido una noche por ella
y hoy es una pobre mendiga harapienta.

Te acordás, hermano, lo linda que era
se formaba rueda pa' verla bailar...
cuando por la calle la veo tan vieja
doy vuelta la cara y me pongo a llorar."


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