A Portuguesa (La portuguesa), Himno nacional de Portugal
Por Gerardo Cadierno. El Himno Nacional de Portugal es A Portuguesa (La portuguesa), una marcha con letra de Henrique Lopes de Mendonça y música de Alfredo Keil, compuesta como respuesta al ultimátum británico de 1890 al que la corona lusitana se allanó lo que generó un gran rechazo en su población.
El repudio a esa decisión del trono de Lisboa hizo que los sectores republicanos adoptaran A portuguesa como su propia canción distintiva al punto tal que cuando en 1910 cayó la monarquía. reemplazó al último himno de la casa de los Braganza O Hino da Carta.
A Portuguesa, sufrió alteraciones en su letra y en 1956 se decidió homologar todas las versiones existentes y desde 1957 se mantuvo inalterado.
La canción muestra una influencia musical de La Marsellesa, el himno francés.
A modo de ejemplo, se llama a los ciudadanos "Às armas, às armas", lo que recuerda el famoso "Aux armes, citoyens!" del himno nacional francés.
À portuguesa y se compone de tres partes, cada una de ellas con dos estrofas, seguidas por un estribillo de cinco versos. De éstas tres partes sólo se usa la primera.
Una historia de A portuguesa
El ultimátum británico de 1890, fue la advertencia del Reino Unido para que Portugal retire sus tropas del territorio comprendido entre Angola y Mozambique.
El sueño lusitano del Atlántico al Índico se contraponía al de la corona londinense de que un súbdito de Su Majestad pudiera camnira por territorio británico desde el delta del Nilo en Egipto hasta el cabo de Buena Esperanza en Africa del Sur: desde el Mediterráneo hasta la confluencia de los dos océanos.
Lord Salisbury entregó este memorando al gobierno portugués el 11 de enero de 1890 donde lo conminaba a retirar sus fuerzas en las actuales Zambia y Zimbabue, con el pretexto de un incidente ocurrido entre portugueses y macololos, pero el verdadero interesado era el magnate de los diamantes sudafricanos Cecil Rhodes.
La zona era reclamada por Portugal, que la había incluido en el famoso mapa de color rosado, reclamando a partir de la Conferencia de Berlín en 1878.
La imposibilidad de resistencia ante el aliado y protector histórico de un Portugal separado de España y con la humillacón que eso conllevaba desencadenó graves disturbios con manifestaciones frente del Palacio del Miradouro de Santa Catarina en Lisboa, residencia del ministro de Asuntos Exteriores Henrique de Barros Gomes y a la inmediata caída del gobierno de José Luciano de Castro lo que obligó a nombrar el 14 de enero un nuevo ministerio presidido por António de Serpa Pimentel.
Este hecho inspiró la letra del himno nacional portugués y fue considerado la acción más escandalosa e infame del Reino Unido contra su más antiguo aliado.
Esto inició así un profundo movimiento de descontento social que implicaba a los Braganza, la familia reinante, a la que se caracterizó como más cercana a los intereses británicos que a los portugueses.
Así, el 31 de enero de 1891, y en el marco de una tentativa fallida de golpe de Estado que pretendía implantar la república en Portugal, A Portuguesa ya aparecía como la opción de los republicanos para himno nacional.
Eso se hizo realidad después de la instauración de la República el 5 de octubre de 1910, cuando la Asamblea Nacional Constituyente lo consagró como símbolo nacional el 19 de junio de 1911, la misma fecha en que fue adoptada la bandera nacional.
Así, los republicanos capitalizaron este descontento para ampliar su base social en un proceso que llevó a la proclamación de la I República Portuguesa el 5 de octubre de 1910.
En 1956, ante la existencia de varias versiones del himno, no solo en la línea melódica, también en las instrumentales, especialmente para banda, el gobierno nombró una comisión encargada de estudiar una versión oficial de A Portuguesa.
Esta comisión elaboró una versión que sería aprobada en el Consejo de Ministros, el 16 de julio de 1957, y se mantuvo el himno inalterado desde entonces.
Estructura y protocolo
En la música se nota una pequeña influencia del himno nacional francés, La Marsellesa, el símbolo revolucionario de la Revolución francesa
A Portuguesa es ejecutada oficialmente en ceremonias nacionales, civiles y militares, donde es interpretada en honor a la patria, la bandera o al Presidente de la República.
Del mismo modo, en ceremonias oficiales en el territorio portugués por recepción de jefes de Estado extranjeros, su ejecución es obligatoria después de escuchado el himno del país representado.
En ese sentido, A Portuguesa fue designada como uno de los símbolos nacionales de Portugal en la Constitución de 1976 que en su artículo 11 afirma que: "O Hino Nacional é A Portuguesa".
Si bien las tres partes del himno están oficializadas, , en las ceremonias oficiales se suele entonar solo la primera parte.
Himno Nacional de Portugal
A Portuguesa (La portuguesa)
Letra de Henrique Lopes de Mendonça
Música de Alfredo Keil,
I
Heróis do mar, nobre povo,
nação valente e imortal,
levantai hoje de novo
o esplendor de Portugal!
Entre as brumas da memória,
ó Pátria, sente-se a voz
dos teus egrégios avós,
que há-de guiar-te à vitória!
Estribillo
Às armas, às armas!
sobre a terra, sobre o mar,
às armas, às armas!
pela Pátria lutar
contra os canhões marchar, marchar!
II
Desfralda a invicta Bandeira,
à luz viva do teu céu!
brade a Europa à terra inteira:
Portugal não pereceu.
Beija o solo teu, jucundo,
O oceano, a rugir de amor,
E o teu Braço vencedor
Deu mundos novos ao mundo!
Estribillo
III
Saudai o Sol que desponta
sobre um ridente porvir;
seja o eco de uma afronta
o sinal de ressurgir.
Raios dessa aurora forte
são como beijos de mãe,
que nos guardam, nos sustêm,
contra as injúrias da sorte.
Estribillo
Héroes del mar, noble pueblo,
nación valiente e inmortal,
¡levantad hoy de nuevo
el esplendor de Portugal!
Entre las brumas de la memoria,
¡oh Patria, se siente la voz
de tus egregios abuelos,
que ha de guiarte a la victoria!
¡A las armas, a las armas!
sobre la tierra, sobre el mar,
¡a las armas, a las armas!
¡por la patria luchar!
¡contra los cañones marchar, marchar!
II
Desenfalda la invicta bandera
a la luz viva de tu cielo.
brame Europa a la Tierra entera:
¡Portugal no pereció!
Besa tu suelo, jocundo,
el océano al rugir de amor,
¡Y tu brazo vencedor
dio mundos nuevos al mundo!
Estribillo
III
Saludad al sol que despunta
sobre un risueño porvenir;
sea el eco de una afrenta
la señal del resurgir.
Los rayos de esa aurora fuerte
son como besos de madre,
que nos guardan, nos sostienen,
contra las injurias de la suerte.
Estribillo
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