Exilio desde mi
Soy tinta en mis arterias.
Mente muerte de espíritu oscuro
petrificado en el óxido de mi cuello.
Nada, late, flota, nada.
Mis pupilas se tornan flechas
las palabras se vuelven filo.
Parto al exilio desde mi.
Hoy, mi recuerdo destroza montañas,
ayer, agendábamos risas en hojas de olmo,
paríamos a ese sol ausente y con un gesto
nos sobraba para desarmarnos,
estampar huellas en los adoquines
y hacer enloquecer a las brújulas.
Hoy, mi exilio dejará atrás tu estatua de sal.
No queda muralla, ni hiedra, ni piedra.
No se cantará leyenda ni se montará profecía.
No habrá coraza, ni rezo, ni trinchera, ni espada.
No quedará siquiera una maldición postrera.
Estoy acá. Lejano y solo
en este puerto desolado de barcos muertos
que ayer llevaban tu nombre
y hoy arden cetrinos y lánguidos.
Con mis manos en carne desnuda,
mi pecho altivo y ojos ciegos
serán mis puños aguijones de veneno negro
para hacer más negra tu sangre negra.
Ya no habrá conquista ni reconquista
ya no habrá mar, río, laguna.
Sólo queda hiel mortal.
Se cegaron los pozos y ardieron espigas
para que nada recuerdes.
Ya no hay ayer, ni memorias.
Ahora, cuando nadie me ve,
cuando tu ceniza es cloaca.
Ahora, parto al exilio desde mi
Gerardo Cadierno
Sui Generis - Dime quién me lo robó
Y ahora miro atrás un poco
y hace tanto que pasó
y todo lo que yo amaba
ya no es mío y se escapó.
Y ahora estoy tan confundido
niebla y humo alrededor
¿Dónde está el sol?
¿Dónde está Dios?
Dime quién me lo robó.
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