Remos

 

A la deriva y en un barco a la deriva
remando remos ajenos al azote de tambores
que encadenados a ídolos tallados en monedas
y sangran viento que será sangre en red.

Un mar de brea escupe aire húmedo
mientras el sol teje mortajas indiferentes
para un tiempo que arranca las plumas
de las alas que pudieron curar.

Y quedamos despojados, vacíos y en soledad
flotando en melodías de hiel y sal que nadie oye
y el recuerdo de mechones de cabellos
entre nuestros dedos olvidados.

Y en la memoria lejana de un cuello infinito,
bocas que se descubren en espiral,
el cosmos al alcance de nuestras miradas
confirma que tuvimos voz.

Remando remos ajenos nos perdimos.
¿Dónde somos?
¿Quién está?
¿Cuándo fuimos?

Y nuestras miradas partieron
al destierro de pantano y cadáveres.
Y las sonrisas cayeron y tus ojos se fueron
y fuimos soledad.

Gerardo Cadierno.


Cesareo Gabarain Azurmendi - Pescador de hombres
Raly Barrionuevo y Lito Vitale 

Tú sabes bien lo que quiero
en mi barca no hay oros ni espadas
tan solo redes y mi trabajo.
Tú, pescador de otros mares
ansia eterna de almas que esperan
amigo bueno que así me llamas.
Señor, me has mirado a los ojos
sonriendo, has dicho mi nombre
en la arena he dejado mi barca
junto a ti buscaré otro mar.





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