Al principio


Al principio, llovió el verbo
y el verbo tornó en crisálida
que, siendo, temblaba en silencio
reflejada en miradas empañadas
por el deseo.

Alunecida, cabalga en alas de espasmo
entre las doce casas lunares
pintando umbrales de música
hasta vaciarse de forma y deslizarse
entre reflejos sin bordes.

Las palabras danzan íntimas
en tu piel devolviéndole forma,
mutando en cuerpo vivo,
con sonidos de agua y
recuerdos leves de vino.


Por Gerardo Cadierno


Anastasia - Antes de la lluvia



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