Y
Y bailamos sin saber una danza
que hace que nos llovamos
desde las nubes a las que subimos
para regarnos los campos de piel.
Y tras el gemido sorprendido
un silencio de luna creciente
la luna que se vuelva teta
y el centro que se abre boca.
Y comienza a manar, vital
tanta tinta que no hay ni piel
ni pliegue ni tangente
que alcance para escribir con ella.
Y ya no hay dolor aunque duela,
ni hay permisos, ni modos
ni saberes aunque nos sepamos
porque no ya no queda nada que sea.
Y los latidos crecen hasta hipnotizar
a los minutos y hacer que todo se detenga hasta
desterrar a fuerza de campanas y amaneceres
la muerte que anida en tu armadura.
Gerardo Cadierno
Omara Portuondo y Haydeé Milanés - Yolanda
Si me faltaras no voy a morirme
si he de morir quiero que sea contigo
Mi soledad se siente acompañada
por eso a veces se que necesito
tu mano,
eternamente tu mano.
Cuando te vi sabia que era cierto
este temor de hallarme descubierto.
Tu me desnudas con siete razones
me abres el pecho siempre que me colmas
de amores.
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