Fantasma
"Debo verme realmente mal", pensó él.
De otra forma. no se explicaba que al cruzarse en la calle la reacción de ella hubiese sido la misma que si se hubiera topado con un espectro inesperado.
Tras el impacto, ella musitó un automatizado saludo de rigor y nunca supo o pudo, no digamos sostenerle la mirada, nunca pudo siquiera mirar.
Sus ojos negros buscaron refugio en una pared.
Luego, ella agachó la cabeza, se encorvó ligeramente y huyó -como si fuese un reflejo condicionado- a paso vivaz para dar vuelta en la esquina y perderse (o quizás esconderse) en la noche tan propicia a los fantasmas.
Loreena McKennitt - The Dark Night Of The Soul
¡Oh noche que guiaste!
¡oh noche amable más que el alborada!
¡oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!
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