No pasarán
“En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares.
La guerra ha terminado.”
Por Gerardo Cadierno. Firmado por el “El Generalísimo Franco” y fechado en Burgos el 1 de abril de 1939, marcó el fin de la Guerra Civil Española y el comienzo de las persecuciones, venganzas, represalias, cárceles, fusilamientos y exilios por parte de los vencedores y de las resistencias por parte de los derrotados pero no vencidos.
Pero la memoria persiste de maneras misteriosas.
El Clapton CFC es un club especial. Este conjunto amateur del East End, la misma zona de la periferia de Londres donde impera el proletario West Ham al que Tévez y Mascherano alguna vez salvaron del descenso, tiene más de 140 años de historia y, pese, a que hoy compite en Middlesex County Football League Premier, la séptima categoría del fútbol inglés tras haber ascendido a finales de la 18/19, no deja a nadie indiferente.
Nacido en 1878 como Downs FC, al poco tiempo adoptó el nombre de Clapton FC y se convirtió en un animador de la protohistoria del fútbol londinense al que le dio su primer estadio: el The Old Spotted Dog (Viejo perro moteado).
A ellos les cupo el honor de convertirse -en 1890- en el primer club de las islas en cruzar el canal de la Mancha y desembarcar en el continente para caer derrotados por 7 a 0 contra el combinado nacional belga en Amberes.
Defensor del amateurismo, nunca dió el salto a la profesionalización del deporte y mantuvo como divisa el juego por amor a la camiseta y no al dinero. Es, quizás, una pieza viva de museo.
Durante décadas, los partidos del Clapton eran presenciados por un puñado de aficionados tan tercos como escasos.
Todo cambió hace diez años y el viejo perro pasó a congregar casi un millar de espectadores en un categoría donde ningún campo llega a albergar un centenar de aficionados.
El vuelco comenzó cuando la Premier League incrementó el precio de sus entradas en forma geométrica lo que llevó a muchos hinchas a emigrar hacia otros equipos.
Todo era risas hasta que un oscuro empresario, Vincent Mc Bean, compró el club y quiso amortizar su inversión aumentando de 6 a 7 libras el precio de las entradas.
La respuesta no se hizo esperar: huelga de hinchas quienes decidieron acompañar a sus colores desde afuera y ver los partidos trepados a un árbol o encaramados a sillas. Mc Bean cedió. 1 a 0 para los supporters.
Pero McBean contraatacaría. En 2017, decidió liquidar la sociedad que gestionaba el estadio y, además, incursionar en negocio del real state para lo cual vendería parte de los terrenos, del club para desarrollar un proyecto urbanístico en el East End.
Otra vez a la huelga y esta vez con la solidaridad del resto de los equipos de la liga que no dejaban entrar a sus canchas a los pocos aficionados que adherían al proyecto de McBean.
El fútbol peleándole a la especulación inmobiliaria.
Tras batallar en tribunales, los hinchas decidieron crear el Clapton CFC como una cooperativa donde las decisiones se toman en asambleas y que “viva por y para su comunidad y no como el otro club que se hace llamar Clapton”.
Homenaje a la II República
Artífices de su propio destino, en 2018 fueron noticia cuando, tras una asamblea, decidieron que su camiseta llevara el lema No Pasarán y los colores de la bandera de la república española.
“La camiseta está inspirada por los colores de la bandera de la República Española y adornada por las estrellas de tres puntas de las Brigadas Internacionales, que viajaron a España intentando contener la oleada fascista del general Franco”, explica la web del club. La parte trasera del cuello grita: “No pasarán”.
La iniciativa contó con el visto bueno de la Brigades Memorial Trust, organización que se dedica a mantener viva la memoria de los 2500 brigadistas internacionales que llegaron a España desde las islas británicas para combatir al fascismo.
Confeccionada de forma sustentable por la empresa italiana Rage Sport -dedicada a diseñar camisetas para equipos juveniles con la misión de combatir el racismo, el fascismo y la desigualdad- en talleres que cumplen con todos los requerimientos laborales y ambientales, la primera serie de 5000 camisetas que se vendieron a sólo 34 euros se agotó en días. El proyecto preveía la venta de 400 camisetas.
Asentados en el Wadam Lodge Stadium, que comparte con otros equipos, el Clapton FCF, que apenas si lleva rodando unos meses, tiene como objetivo el ascenso.
Lo harán con los colores republicanos, algo muy bien recibido por Jim Jump, el secretario nacional del International Brigade Memorial Trust, ya que parte de los ingresos de la venta de camisetas irán destinados a gastos varios para preservar la memoria histórica de los combatientes que llegaron a España a luchar contra las tropas franquistas.
“El objetivo es nuestra gente. Nuestra prioridad es tener un equipo de fútbol femenino y poder crecer con otros deportes. Se ha despertado un interés por los clubes de barrio como el Clapton porque el precio del futbol profesional poblado de turistas y ricos contrasta y valoriza lo que hacen equipos como el nuestro respetando los valores tradicionales”, cuentan desde el club.
Mientras trabajan para regresa al Perro moteado, hacen de locales en el en el Wadam Lodge Stadium al que en una asamblea rebautizó Stray Dog (Perro Callejero). Mientras, esperan volver al Viejo perro moteado -motivados por la consigna que hace 83 años inspiró a los combatientes republicanos de Madrid- para detener el avance de los negociados que quieren terminar con el espíritu del club y el barrio.
“Cuando creamos el club en 2018, sabíamos que queríamos dar la voz a los socios y pensamos que la camiseta suplente sería una manera divertida de hacerlo desde el primer día. Muchos de nuestros socios ya formaban parte de los Clapton Ultras y estaba claro que este nuevo club tendría los mismos valores antifascistas”, comentan desde el club donde ponen de relieve que las Brigadas Internacionales expresaban a la perfección esos valores y fueron la opción más elegida por un gran margen.
Algo habrá tenido que ver los 20 memoriales que en Londres recuerdan a las brigadas, en especial la modesta placa que recuerda a los londinenses que combatieron en España para defender a la República y que se encuentra en un parque de Forest Gate, ahicito de la Meca del Clapton: el Old Spotted Dog Ground.
Esta iniciativa no sólo permitió que el Clapton haya vendido 6.000 camisetas en España, sino que logró adherir a un centenar de socios en la penísula y jugar un par de amistosos contra equipos catalanes, uno en Londres contra el Sant Miquel y otro en Barcelona donde enfrentó al CE Jupiter durante la Primavera Republicana.
No es la primera experiencia internacional de este club pionero en demoler fronteras: también fueron invitados por el Roter Stern Leipzig alemán, y desarrollaron un triangular junto con el Meilmontant parisino y los napolitanos del Quartograd en un evento llamado Tres ciudades, tres países, tres clubes de fútbol popular que buscaba compartir buenas prácticas, errores y lecciones de cómo gestionar el día a día de un club cooperativo de fútbol. “Estamos encantados de promover nuestra filosofía y de aprender de la experiencia de otros clubes, especialmente de aquellos con estructuras y mentalidades similares”, cuentan los londinenses.
Los otros campeonatos del Clapton CFC
El espectro de intereses del club excede el fútbol y el deporte, y aspira convertirse en protagonista del Forest Gate y del East End de Londres donde trabaja con organizaciones comunitarias en bancos de alimentos o en el apoyo al inmigrante, entre otras iniciativas como colaborar con escuelas en la difusión de mensajes contra el racismo y contra el fascismo. “Muchos de nuestros socios también trabajan como voluntarios en albergues para los sin techo o buscan donaciones para otros proyectos en los que creemos”, se ufanan.
En materia de igualdad de géneros ya cuentan con un equipo de fútbol femenino que disputa el torneo de la Greater London Women’s Football League, Premier Division y que, al igual que su par masculino, se ilusiona con volver a Forest Gate y al Old Spotted Dog Ground. “Acabamos de comprar el estadio y estamos muy felices de poder tener finalmente las llaves de nuestra casa, pero el césped ha sufrido muchos años de negligencias y necesita mucho amor”, aunque las restricciones de la pandemia redujeron la presencia de voluntarios como se esperaba.
La vuelta a Forest Green servirá revitalizará el lazo con sus historia. “Somos un club de fútbol de la comunidad y el Old Spotted Dog será un recurso más para la comunidad”.
La persistencia esperanzada de clubes como el CFC Clapton es el triunfo de los aficionados del suburbio londinense que un día gritaron a los que creen que todo tiene un precio lo mismo que hace más de 80 años gritaron los brigadistas internacionales a los fascistas: ¡No pasarán!
Despedida de las Brigadas Internacionales
Fragmento del noticiario News of Spain, con el sonido original doblado, 1938.








Comentarios
Publicar un comentario
¿Te interesó? ¿Querés aportar algo? Este es el espacio para construir sentidos.